
Nunca hubo dos estrellas iguales.
Cada una de ellas
desprende una luz única,
aunque algunos no lleguen a verla.
A pesar de las semejanzas,
son de diferentes formas y tamaños.
El brillo es tan potente
que podría iluminar todo un planeta.
Cuando aprendamos
que la palabra comparar
carece de sentido,
el mundo será electricidad.
Bonito mensaje.
«Cuando aprendamos que la palabra comparar carece de sentido…»
Hay que medir y medirse cada uno en su magnitud, unión en la diferencia y que todos intercambiemos nuestros talentos.
Por qué electricidad precisamente?
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La poesía de Elena Memba, carece de metáforas pero nos lleva de la mano a inquietudes cotidianas y reales. Me recuerda a Ernesto Cardenal en sus Epigramas.
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Y más justo!
Un saludo
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Reblogueó esto en LA REPÚBLICA DE LOS LIBROS.
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Paso a leerte y agradecer tu estadía por mi blog.
Saludos
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Cada cual
brilla con luz propia
y es algo
inquebrantablemente incomparable.
Y yo
sigo enamorado
de tus poemas
😊
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Me encanta ese mensaje final. Inspirado y maravilloso..
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Cuando aprendamos que no hay que comparar entonces el ser humano habrá evolucionado! Preciosa poesía 😉 un besote
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Un instante no es igual que otro instante,
ni una mirada, ni una sonrisa,
ni siquiera una rosa es igual a otra,
ni la brisa, ni la arena de la playa,
ni tú, ni yo…
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Me encanta, sin duda el mensaje, es claro y preciso. Al fin y al cabo, cada uno de nuestros pensamientos son impulsos magnéticos, que hacen que nuestro sistema nervioso actúe.
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Me encanta este mensaje..
Pocas líneas, mucha luz.
Las estrellas son diferentes y especiales cada una. Como cada ser humano, que tiene luz propia y no requiere de ser comparado.
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Excelente razonamiento!
Y muy bien expresado.
Un saludo cordial
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Bella reflexión, me gustó mucho. Gracias por tu visita a mi casi recién nacido blog.
Saludos.
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Precioso así somos los humanos únicos en esencia y en lo corpóreo , no hay nada idéntico ahí radica la belleza de la naturaleza divina .
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Es la unicidad lo que transforma esa asimetría en perfecta simetría.
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