
No es la primera vez que te escribo, ya lo sé, pero no puedo evitarlo. Cada vez que te echo de menos, estalla una estrella de ahí arriba y me acaba salpicando convirtiéndose en caos.
A lo mejor me acostumbré mal. A lo mejor, me acostumbré a tenerte sin querer, a que me acabasen gustando todos tus defectos y a que tú me quisieras con todos los míos.
Y eso no lo hace cualquiera.
Igual te lo he dicho muchas veces, y puede que pida demasiado, pero tenerte es como saltar al vacío y saber que no vas a caer. Que tenerte es tenerme, que tenerte es ser.
Eres la suerte de una tormenta de verano, a veces te guardo en los bolsillos y cuando te saco llueves. A veces, llevándote dentro salen mariposas de tus pies. Siempre me has hecho sonreír cuando andaba descalza.
Ya lo ves, después de tanto tiempo sigo estando ahí, en una especie de acampada que tiene tu nombre. Y no me pienso mover.
Estar contigo es quererme dos veces.
¡Bravo, Elena! 🤣
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Cuando «tenerte es tenerme» hay que disfrutarlo. Muy bonito.
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Podría muy bien hacerlo mío… No es tampoco la primera vez que lo hago. Buena tarde.
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Con ese amor, se aprende a vivir con felicidad. Bueno tu poema.
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me gusta, aunque el amor es dolor
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Belleza .
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